Ha sido en Capuchinos, el martes 24 de enero en la función solemne en honor de Nuestra Señora de la Paz presidida, en el día de su conmemoración litúrgica, por el obispo de Córdoba, monseñor Demetrio Fernández González. La Capilla Musical de la Misericordia iniciaba su andadura en el nuevo año con una actuación muy especial: se trataba del inicio del camino que la cofradía de la Paz y Esperanza debe recorrer hasta el año 2020, en que -Dios mediante- la imagen de la Paloma de Capuchinos será coronada canónicamente.
Allí estuvo nuestra Capilla Musical, dirigida por nuestro hermano Jesús Reina. Actuó con la brillantez acostumbrada, y también con solidaridad: en efecto, si en la homilía el prelado anunciaba las tres facetas de la coronación -culto, formación y caridad-, sobre la marcha la Capilla decidió contribuir a la última de estas propuestas con la primera aportación. Se trataba, dijo el obispo, de promover un centro diocesano para desintoxicación y rehabilitación humana y social de jóvenes drogodependientes, que será la obra social de la coronación citada. Y nuestra Capilla Musical acordó que los honorarios que percibiría de la Hermandad de la Paz y Esperanza por esa actuación, exactamente 400 euros, serían entregados como contribución a ese proyecto.
La Capilla Musical entrega todos los ingresos por sus actuaciones a las Obras de Misericordia promovidas por nuestra Hermandad: de hecho, a 31 de diciembre de 2016 sus aportaciones han sumado la cantidad de mil euros para este fin, estando pendientes más ingresos que todavía no han sido hechos efectivos por las entidades que han contratado sus actuaciones.
Al término de la Santa Misa del día 24, representantes de las Hermandades de la Paz y la Misericordia departieron y el Hermano Mayor de la cofradía anfitriona hizo entrega de un recuerdo al máximo responsable de nuestra corporación.
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