martes, 9 de febrero de 2016

PARA GANAR EL JUBILEO DEL AÑO DE LA MISERICORDIA



ORACIÓN DEL PAPA FRANCISCO PARA EL AÑO DE LA MISERICORDIA
Señor Jesucristo,
Tú nos has enseñado a ser misericordiosos como el Padre del cielo, y nos has dicho que quien te ve, lo ve también a Él.
Muéstranos tu rostro y obtendremos la salvación.
Tu mirada llena de amor liberó a Zaqueo y a Mateo de la esclavitud del dinero; a la adúltera y a la Magdalena de buscar la felicidad solamente en una criatura;
hizo llorar a Pedro después de la traición y aseguró el Paraíso al ladrón arrepentido.
haz que cada uno de nosotros escuche como propia la palabra que dijiste a la samaritana: «¡Si conocieras el Don de Dios!».
Tú eres el rostro visible del Padre invisible, del Dios que manifiesta su omnipotencia sobre todo con el Perdón y la Misericordia;  haz que, en el mundo, la Iglesia sea el rostro visible de Ti, su Señor, resucitado y glorioso.
Tú has querido que también tus ministros fueran revestidos de debilidad para que sientan sincera compasión por los que se encuentran en la ignorancia o en el error: haz que quien se acerque a uno de ellos se sienta esperado, amado y perdonado por Dios.
Manda tu Espíritu y conságranos a todos con su unción para que el Jubileo de la Misericordia sea un año de gracia del Señor y tu Iglesia pueda, con renovado entusiasmo, llevar la Buena Nueva a los pobres, proclamar la libertad a los prisioneros y oprimidos y restituir la vista a los ciegos.
Te lo pedimos por intercesión de María, Madre de la Misericordia, a la que vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos,
Amén.



Para ganar el Jubileo sólo es necesario… 


1. Hacer una breve peregrinación a algún templo jubilar (por ejemplo, participando en el Via Crucis de las Cofradías).
2. Estar libre de pecados: confesar los pecados acercándose al Sacramento de la Reconciliación (como máximo una semana antes o una semana después de haber visitado el citado templo jubilar).
3. Participar en la Eucaristía.
4. Rezar por las intenciones del Papa.


Algunas consideraciones sobre el Jubileo de la Misericordia


  • Jesucristo es el rostro de la Misericordia del Padre. El misterio de la fe cristiana parece encontrar sus síntesis en esta palabra. Ella se ha vuelto viva, visible y ha alcanzado su culmen en Jesús.
  • La misión que Jesús ha recibido del padre ha sido la de revelar el misterio del amor divino en plenitud. Su persona no es otra cosa sino Amor. Un Amor que se dona y se ofrece gratuitamente. En Él todo habla de misericordia. Nada en Él es falto de compasión.
  • La Misericordia es la viga maestra que sostiene la vida de la Iglesia. Nada en su anuncio y en su testimonio hacia el mundo puede carecer de Misericordia.
  • La primera verdad de la Iglesia es el amor de Cristo. Donde la Iglesia esté presente, allí debe ser evidente la Misericordia del Padre.
  • Es vivo deseo del Papa que el pueblo cristiano reflexiones durante este jubileo sobre las Obras de Misericordia.
  • El pensamiento se dirige ahora a la Madre de la Misericordia: nadie como María ha conocido la profundidad del misterio de Dios hecho hombre. Todo en su vida fue plasmado por la presencia de la misericordia hecha carne.

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