martes, 6 de octubre de 2015

La peana barroca de la Hermandad está siendo restaurada

Una de las piezas más antiguas del patrimonio histórico-artístico de nuestra Hermandad está siendo restaurada. Se trata de la peana del siglo XVIII que, procedente de la iglesia de la Magdalena, ha venido siendo utilizada en los cultos de la Cofradía desde 1937.
El Santísimo Cristo de la Misericordia sobre la peana barroca, en el altar de cultos de 1943.
 La primera fase de la restauración, consistente en el lijado y limpieza de la peana hasta dejarla en la talla de madera desnuda, ha sido realizada en el taller de dorado de nuestro hermano Ángel María Varo Pineda. La segunda parte, que resanará los desperfectos y recuperará con talla de nueva factura las partes perdidas, está siendo realizada en el taller de nuestro hermano Manuel Valverde Serrano. La fase final consistirá en el dorado y policromado de la pieza, que llevará a cabo nuestro hermano Ángel María Varo.
La restauración respetará escrupulosamente el diseño y la factura original de la obra, tanto en su aspecto artístico como en el iconográfico.
El Santísimo Cristo de la Misericordia sobre la peana barroca, en el convento de Santa Marte (1988).
En la memoria previa a esta restauración, redactada por nuestro hermano Álvaro Rodríguez del Moral, licenciado en Bellas Artes, se decía entre otras cosas:
«Según recoge la tradición oral de la propia Hermandad, la pieza procede de la antigua iglesia de Santa María Magdalena y es una obra de talla dorada y ligeramente estofada, ornamentada con motivos pasionistas –el corazón traspasado, la corona, los clavos– y rematada en ménsulas de rocalla en las esquinas. Dentro de su historia material conocida hay que destacar que en Semana Santa sirvió de peana procesional de Nuestra Señora de las Lágrimas en su paso de palio hasta la salida de 1977; al año siguiente se estrenó la actual, de hechura contemporánea. [...]
Vista lateral de la peana tras la primera fase de la restauración. 
Sus notas formales permiten datarla a comienzos del siglo XVIII aunque no se conserva –o no ha sido hallada- ningún tipo de documentación que permita fijar su origen y fecha de realización con mayor fiabilidad.
De una cosa parece no haber duda: se trata de una peana procesional que podríamos relacionar con otros exponentes muy parecidos aunque de mayor riqueza ornamental como las peanas de Nuestra Señora de las Angustias y la de Nuestra Señora de los Dolores, que sigue saliendo a la calle integrada en el fastuoso paso de plata de Armenta. Otra peana muy parecida se encuentra en el monasterio de Santo Domingo de Scalaceli, sirviendo de trono a la imagen del Santísimo Cristo de San Álvaro.
Detalle del frontal de la peana, tras la primera fase de la restauración.
Una de sus principales cualidades históricas y etnográficas es que podría constituir una reliquia viva de los usos y formas procesionales de la Semana Santa de Córdoba anterior a las normas del obispo de Pedro Antonio de Trevilla que, en la práctica, supusieron la desaparición de la Semana Santa de Córdoba en el primer cuarto del siglo XIX. La peana podría haber formado parte de una de las antiguas parihuelas –a modo de canasto– que servían para procesionar las imágenes sagradas. Aunque este es un aspecto por estudiar en profundidad, hay una imagen fotográfica fundamental que serviría para esbozar la morfología de aquella manera de sacar las imágenes a la calle: se trata de la difundida fotografía de la Virgen de las Angustias en el interior de San Agustín entronizada sobre la misma peana –recientemente restaurada- que sigue sirviendo para su culto interno, montada sobre unas sencillas andas sostenidas por maniguetas y alumbradas por unos candelabros metálicos de tulipas.
La pieza nos abre algunos interrogantes que se relacionan con los datos históricos de la propia Hermandad de la Misericordia y de las antiguas corporaciones extinguidas que dieron culto en el pasado a las imágenes titulares: hablamos de la Cofradía del Santísimo de la Magdalena pero, sobre todo, de la antigua hermandad rosariana de Nuestra Señora de los Dolores –la actual Virgen de las Lágrimas- que [...] formó parte de la nómina de la Semana Santa del siglo XVIII. No es aventurado pensar que la actual peana del Santísimo Cristo de la Misericordia sirvió en aquellas salidas [...]. Pero hay otras hipótesis que se podrían barajar en función de los datos históricos que conocemos. Está perfectamente documentada la existencia de una imagen de Jesús Nazareno –probablemente se trata de la actual de Nuestro Padre Jesús del Buen Suceso- unida a la hermandad del Rosario de los Dolores. ¿Pudo servir esa peana de parihuela de salida de la imagen que hoy hace estación el Martes Santo desde San Andrés?
La recuperación, restauración y puesta en valor de esta pieza supone un acercamiento a los usos y costumbres de las primitivas cofradías pasionales a la vez que implica una reivindicación del extenso –y tantas veces denostado- legado barroco. Hablamos de una impresionante colección de bienes muebles que ha sido dispersada, destruida o extraviada sin la menor conciencia del valor histórico y artístico que atesoraban y sin el menor sentido del respeto a la vigente legislación estatal y autonómica en materia artística. La rehabilitación de la peana del Santísimo Cristo de la Misericordia es, en definitiva, una apuesta por la conservación del patrimonio de todos los cordobeses».
Según el plan de trabajo establecido, la restauración de la peana estará terminada con tiempo suficiente como para su utilización en el Quinario al Santísimo Cristo de la Misericordia que comenzará el próximo Miércoles de Ceniza de 2016.

No hay comentarios:

Publicar un comentario